Siguiendo con un repaso sobre aspectos histórico-culturales olvidados de los pueblos de Rioja Alavesa, hoy voy a detenerme en Yécora aprovechando que acaba de celebrar la Fiesta de la Vendimia de Rioja Alavesa y que las graciosas palabras del pregonero Karra Elejalde me lo han puesto fácil:
“He querido documentarme sobre ustedes en Internet y sencillamente no aparecen. No se asusten. Existen, estamos aquí, pero no aparecen”, dijo el actor alavés.
LAS PRIMERAS VIÑAS de Yécora las plantaron los monjes de Biurco hace mil años.
Yécora es como una de esas personas discretas y calladas que pasan desapercibidas hasta que, por una razón u otra, te fijas en ella y reparas en sus valores y potencialidades.
Miguel Larreina González *
Aparentemente, esta pequeña villa a los pies del monte conocido como “León dormido” es un lugar sin historia, sin grandes monumentos, sin famosas bodegas, con vocación para cereal más que para viña, sin nada reseñable que contar si hacemos caso a la información oficial. Parece ser Yécora uno de esos lugares situados en una carretera que no lleva a ninguna parte, uno de esos lugares por los que “por no pasar, ni pasó la guerra”.
PARA ENTENDER Yécora, conviene verla desde la base del “león dormido”, en Lapoblación.
No sé porqué, pero yo le tengo especial cariño a Yécora. Tal vez porque vengo viendo su paisaje a diario desde la ventana de mi despacho de casa desde hace más de treinta años. Tal vez porque conozco y admiro a la mayoría de los cincuenta viticultores que en estas décadas han cambiado radicalmente ese paisaje.
Piense el lector que si en 1980 Yécora era mayoritariamente un campo de trigo y cebada, con apenas 140 hectáreas de viña, hoy tiene casi 600 hectáreas de viña que producen unos 4 millones de kilos de buena uva, cinco veces más que antaño. Echen cuentas con los precios de la uva de este año (motivados por una helada que machacó la zona occidental pero que aquí no causó estragos) y comprenderán porqué en Yécora las vendimias de los últimos años están siendo una gran fiesta.
PALABRAS de Karra en Iekora en la Fiesta del pasado 17 septiembre al comienzo del artículo.
Y ojo con “el león dormido” de Yécora, porque su viñedo tiene mucho para crecer en cantidad y calidad. Su exposición solana, su ubicación en la zona más oriental de la Sonsierra y el calentamiento climático están posibilitando una mejor maduración del tempranillo en las cotas habituales y están animando a plantar viña por encima de los 700 metros, en fincas de suelos profundos y buena disponibilidad hídrica hoy dedicadas al cereal.
Si en los siglos pasados, especialmente en los abundantes episodios fríos, la aceptable rentabilidad del grano de esta zona de Rioja Alavesa y su mayor lejanía del mercado vizcaíno fueron las razones de que la viña fuera por aquí un cultivo absolutamente minoritario, las nuevas condiciones del siglo XXI van a propiciar que el paisaje de Yécora cambie rápido hacia el monocultivo vitícola.
EL DOMINIO del Monasterio de Biurco abarcaba toda Yécora y Meano-Lapoblación.
El turista curioso que se acerque a Yécora tiene donde entretenerse, visitando alguna bodeguita de cosechero, el trujal o la nevera, caminando entre viñas desde la Fuente hacia la ermita de Bercijana… pero le sugiero estudie la jurisdicción desde el mirador natural de Lapoblación, justo debajo del “León dormido” o Monte de Marañón, en cuya cima se instaló el famoso castillo de Marañón que controló estas tierras durante los siglos X-XII.
Desde allí verá toda la jurisdicción de Yécora enmarcada entre dos profundos vallecitos: por la izquierda el río Conchabal (Ocon zabal) que lo separa de las tierras de Labraza y Barriobusto; y por la derecha el río Vallarmen (Ibai armen) que lo separa de las tierras de Viñaspre y Lanciego; al fondo intuirá Viana-Oyón y el Ebro, y más allá Logroño y los Cameros. Y girando su cabeza hacia el norte, créame si le digo que tras “el león”, aunque no los ve, están a pocos minutos Bernedo y toda la Montaña Alavesa y el valle del río Ega que va hacia Estella.
MUCHA HISTORIA por la que brindar, como hizo el dantzari en la Fiesta de la Vendimia.
Con lo dicho en el párrafo anterior ya habrá deducido el lector que de “camino a ninguna parte” nada de nada. Por aquí han pasado muchas cosas y muchas gentes durante siglos, desde la Prehistoria a la Edad Moderna. Esta ruta que se intuye desde Cameros hasta Vitoria y viceversa ha visto pasar por Yécora mucho ganado, muchas carretas de lana, mucho grano, aceite y vino.
También dicen, con pruebas, que este tramo de la ruta fue una vía secundaria (o primitiva) del Camino de Santiago, cogiendo desde Estella los peregrinos el río Ega y, tras rodear el Monte de Marañón, alcanzarían el Ebro tras pasar por Yécora, Oyón y Assa.
ENTRE Yécora y Meano existió un castro prehistórico donde se fundó la aldea medieval de Esquide.
Para ponerse en situación, le pido al lector que repase mentalmente conmigo tres citas históricas valiosísimas de esta Yécora que, supuestamente, no tiene historia: La primera nos dice que en el año 1057 el rey de Pamplona Sancho IV vende a su sobrino, el Señor Fortuniones, el Monasterio de San Miguel de Biurco “con sus tierras y sus viñas y con su decanía de San Andres del Monte de Marañón con sus molinos y con su casa de Biurco”… por un caballo valorado en 500 sueldos y dos azores valorados en 400 sueldos.
En la segunda cita, del año 1138 se dice que el rey de Pamplona García Ramírez da a Calvet de Iecora “la villa que llaman Biurco que está junto a Iecora con todos los términos poblados y yermos, con los pastos y montes …”.
Muy poco después, en el 1.140 una tercera cita nos cuenta cómo Sancho Semenones donó al Monasterio de Irache la villa de Esquide con todas sus pertenencias.
MIL AÑOS atrás, pudo levantarse al cielo un vino elaborado en Yécora y brindar en euskera.
Las citas nos dicen muchas cosas pero no tenemos tiempo aquí para comentarlas todas. Nos hablan de una temprana plantación de viña, nos hablan de campos de cereal y de molinos, nos dice que tanto este Monasterio de Yécora (con sus tierras y viñas) como la Sonsierra entera eran propiedad del rey de Pamplona pues todavía habían de pasar muchas décadas para que Sancho el Sabio concediera sus yermos para quien los labrase (Fuero de Laguardia), nos dice el escaso valor de esta tierra para aquellos reyes y nobles que se intercambiaban campos y campesinos como si fueran cromos.
Pero voy a fijar mi atención en los importantes topónimos (Biurco, Esquide, Iecora…) que aparecen en las citas, topónimos hoy olvidados u ocultados que nos hablan de la lengua vasca que se oía en estas tierras de Yécora hace mil años.
COMO HACE SIGLOS, Marina pisó en Yécora la uva durante la Fiesta de la Vendimia.
Ya comenté en este Blog sobre el “desaparecido” Monasterio San Miguel de Biurko y cómo se repite esta palabra vasca “biurko” en varios sitios de la Sonsierra en los que confluyen dos ríos, con significado de “ dos aguas”, sin descartar la acepción de “paso fluvial” desde “ibiur”. También creo que hablé brevemente sobre la aldea medieval de “Esquide”, asentada sobre un lugar junto a una arboleda de tilos (en euskera “ezkidi”) en el que hubo mil años antes un castro celta. La semana que viene me referiré a la génesis vasca de “Yécora”.
Los “euskoescépticos” que niegan sistemáticamente que se hablara euskera en Rioja Alavesa en el Alto Medievo y que, mayoritariamente, desconocen la existencia de Biurco, Esquide y otros lugares de Yécora como “Escarro” (como desconocen la existencia de Murriarte, Artaxona, Armentarana, Liorro y tantas aldeas medievales olvidadas), cambiarían fácilmente de idea si desde las instancias oficiales se les facilitasen estos datos, estos topónimos.
LA YÉCORA medieval surge en una ruta ganadera, muy transitada a lo largo de la Historia.
Si dejamos morir esos preciosos topónimos que han resistido mil años, si desde las páginas municipales, comarcales o regionales omitimos estas referencias históricas tan valiosas, ocurrirá que gentes foráneas acabarán reescribiendo en Internet la historia a su manera.
miguel.larreina@gmail.com
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Brindemos por Yecora y sus habitantes.
Mil años de historia no pasan desapercibidos
Y tanto!! Muchas gracias, Paqui. Salud!
Un pueblo pequeño y bonito. Y con más historia de la que pueda pensarse. Es muy de agradecer la labor de los estudiosos como Miguel empeñados en que nombres e historia de lugares como este no caigan ni en el olvido ni lo que es casi peor, la tergiversación de la realidad plasmada en una página de in ternet. Las instancias oficiales tienen una labor de responsabilidad y hasta la obligatoriedad de salvaguardar la historia y los topónimos de los pueblos, claro que sí.
Siempre me asombran las preciosas fotografías del blog, como la del monasterio de «Biurko», palabra en euskera cuyo significado ha explicado muy bien Miguel.
Muchas gracias, Karmele. Saludos!
GRACIAS. Por fin alguien decidió escribir algo sobre mi pueblo. Y muy bonito todo.
Muchas gracias a ti, Yolanda Maestu. Saludos!
Gracias a todos. El Monasterio San Miguel de Biurco desapareció hace siglos. Su Decanía de San Andrés del Monte Marañón perdura hoy de algún modo en la vieja iglesia de San Andrés de Lapoblación y la foto que adjunto es esa iglesia.
Gracias, Miguel. Saludos!
Gracias Miguel por tu labor de divulgación de la historia y la cultura de Rioja Alavesa.- Saludos cordiales.-
Gracias, Francisco. Saludos cordiales.
¿Queda algo de Esquide? Gracias
Gracias, Carlos. Saludos
De Esquide queda el topónimo, unas piedras en el lugar, varios documentos medievales que se refieren a la aldea desaparecida,… Me suena haber leído que parte de las piedras se reutilizaron en otro lugar. Queda también su nombre en apellidos de la zona y en una marca de vinos
Muchas gracias, Miguel. Saludos!
MUCHAS GRACIAS, MIGUEL. SOY MEXICANO Y NOS DA CURIOSIDAD EL ORIGEN DE NUESTRO APELLIDO. ME GUSTARIA CONOCER ESOS LUGARES Y MAS AHORA QUE ESTAN LLENOS DE HISTORIA.
Muchas gracias, Alejandro Biurcos. Saludos cordiales.
Las piedras del pueblo de Eskide se reubicaron en el frontón de Yécora y en la entrada del cementerio arco gótico por albañiles de Yécora. En cuanto al camino De Santiago tengo noticias de un empedrado desde la fuente vieja a la casa de un ganadero de ovejas de la localidad
Gracias.