Titulamos esta crónica de vendimias en la Comarca parafraseando a Antonio Machado, cuyo último verso encontrado en un bolsillo del abrigo del poeta sevillano fue «Estos días azules y este sol de mi infancia». Y si hay que poner un titular más informativo de la vendimia de este 2017 en Rioja Alavesa será mas prosaico:
«La cantidad de uva se resiente, la calidad es soberbia»
Algunos bodegueros de Rioja Alavesa tienen ya toda la uva en casa, pero la mayoría está estos días en plena vendimia, con un tiempo excelente. Necesitan aún otra semana de trabajo, incluso diez días. Hay quien ha metido la uva blanca en la bodega, y está a punto de empezar con la tinta. Pero hay quien aún no ha empezado siquiera, si bien tienen dispuestos y motivados los equipos.
Carlos Fernández lleva en Labastida dos días vendimiando, y necesitará otros siete u ocho días. El tiempo climatológico viene bueno para todos, así que se pueden recoger las distintas variedades de uva sin prisa.
«Sobre la cosecha no voy a andar llorando todo el día -dice Carlos-. El año ha venido así, mermando la cantidad de uva por la helada de abril, pero así ‘lo comeremos y beberemos’. Tal cual. Además, la calidad de la uva recogida es soberbia».
Veo las fotografías que me envían los viticultores desde los diferentes pueblos de la Comarca y me llega la brega de los vendimiadores, el frescor de la mañana, el calor de la tarde, los tractores arriba y abajo, les veo detener sus pasos entre las hileras, frente a los racimos, sus idas y venidas llenando y vaciando de uva las cajas. Escucho las tijeras cortando los racimos, y a éstos cayendo sobre otros racimos.
Me cuenta el bodeguero José Luis Berzal que este miércoles ha sido un día duro. «He recorrido algunas hectáreas donde se heló la viña, recogiendo sólo de 500 a 1.000 kilos por hectárea… pero bueno, el cómputo general va salvar el año; aunque he de decir que en mi caso lo salvaré gracias a los viticultores de Lapuebla de Labarca, que me han echado una mano, subiéndome a Baños de Ebro una uva muy buena. Terminaré el sábado feliz, porque vamos a hacer un vino singular de viñas muy viejas».
Dulce reposo de racimos en cepa durante el verano. Soledad verde. Relucientes tintas. Uvas que dicen poco a poco adiós a la viña en la que nacieron bajo el azul, que se llenaron de horizontes. Uvas que se enfrentaron a la helada de abril, que enseñaron a los viticultores a llenarse de resistencia los bolsillos del ánimo. Hijas del pámpano de oro. Uva negra de Tempranillo. Uva verde Viura llenando el valle de miradas de admiración.
El viticultor Iñigo Franco, desde Laguillos, en Leza, me envía unas fotos formidables. Allí está recogiendo Viura y Malvasía con cinco chicos de la República de Malí. Comenzó el domingo 17, por lo que no pudo acercarse a la Fiesta de la Vendimia. La tinta tendrá que esperar al 28 de septiembre, ya metidos en otoño.
Desde Elvillar, el responsable de la Cooperativa, Eduardo Dañobeitia, me cuenta que empiezan la vendimia de tinto este jueves, y que necesitarán diez días de trajín. «¿Viene buena calidad?», le pregunto. «Eso siempre!», contesta.
El bodeguero Juan Jesús Valdelana, desde Elciego, indica que empezaron el pasado 13 de septiembre y que terminarán la semana que viene. «El estado es óptimo y las fermentaciones van geniales, sin problemas».
Uvas verde mar. Tesoro de verdes y tintas en las manos del vendimiador. Verde suave de la tarde camino de la fermentación. Solitarias nacieron para madurar en septiembre.
Itxaso Compañón, desde Lanciego, cuenta que el «blanco ya está en barrica fermentando. La uva blanca está muy sana, muy buena. La tinta… helada en algunas zonas. Una pena! Pero he de decir que donde no heló, hay uva tinta de mucha calidad».
La bodeguera Blanca Casado me cuenta desde su pueblo, confirmando a Jose Luis Berzal, que «en Baños de Ebro, poca uva. En Lapuebla buena cosecha. Javier y yo no nos quejamos. ¿Calidad? Al ser poca y bien cuidada, la calidad es muy buena».
Pienso en los hombres y mujeres de la viña. En ese mar de cepas que está a punto de cambiar de color. De convertirse en el más bello cuadro de colores del otoño… cuando toda la uva estará más viva que nunca en sus bodegas.
En Labastida, el bodeguero Ignacio Gil se ha pasado una parte del día en la «mesa de selección». Ellos empezaron el lunes con la uva viura. Necesitarán un mes para cortar y meter toda la cosecha en la bodega. ¿Calidad? «Muy buena. Excelente diría».
César León me cuenta desde la Escobosa, en Laguardia, que empezaron el jueves pasado con la tarea. «Hoy llegaron las parcelas de Graciano a la bodega. Dos semanas más y habremos cumplido con este año. ¿Calidad? Estamos muy contentos con la calidad».
Desde ese mismo pueblo de Laguardia, Juan Carlos López de Lacalle, me cuenta que terminaron de recoger el blanco hace unos días, junto con algo de tinto. Hoy jueves reanudan la faena con las ganas intactas.
La alcaldesa de Yécora, Joana López, tuvo que esperar a que pasara la Fiesta de la Vendimia, a la que ha estado entregada en cuerpo y alma toda la semana pasada. Este miércoles han empezado con el tinto, pero necesitarán diez días más para terminar la vendimia. Han sufrido al volver a ver el resultado de sus dos hectáreas heladas, pero me dice que tienen «más uva que papel». Sobre la calidad, confirma a todos sus colegas: «Buena uva, dura y con grado».
Dejo para el final a la bodeguera Amaia Rodríguez, de Remelluri, porque sé que suelen ser -en la parte alta de Labastida- los últimos para las tareas de vendimia. Bajo la Sierra de Toloño me cuenta Amaia que empezarán la próxima semana y que necesitarán 21 días para hacer la vendimia, lo que les llevará hasta el 17 ó 18 de octubre. «Hay poca uva en comparación con el año pasado, pero recogeremos cada parcela, cada zona y cada variedad en el momento más óptimo».
Respecto a la calidad, Amaia dice que es pronto para asegurarlo. «Los racimos están irregulares en tiempo de maduración. Este hecho nos hará currar muy fino en las mesas de selección. Pero el equipo está motivado y a tope».
Viñas cercanas hoy al borde de nuestra boca. Solitarias, calladas uvas, qué curioso ¿no?, un día serán las encargadas de llenarnos de buena compañía, de algarabía, una vez transformadas en vino. Para mil encuentros por todo lo alto. O sencillamente porque estamos vivos, razón más que suficiente para celebrar, fuere como fuere, la existencia humana.
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Magnífico!! Llena la mañana de sol, de uvas, de abejas, de mil conversaciones en la viña, de cosecha al fin y al cabo generosa, como tantas otras
Eskerrik asko!!!
Qué bien, Kepa, que tú también las oigas zumbar… a las abejas de Rioja Alavesa. Mila esker!!!
Miguel Larreina nos hace llegar el siguiente comentario, que quiere conste al final de este artículo del Blog:
«Bello reportaje. Excelentes perspectivas. Feliz Vendimia 2017 en Rioja Alavesa».
Es un bonito telegrama para todas y todos. Gracias, Miguel.
Al menos este año está respetando el tiempo en la vendimia, en la que en menos de un mes tantas familias se juegan el sustento de todo el año…
Que siga así!
Que siga, Eneko. Gracias y Saludos!
Ánimo a todos! Suerte y buenos vinos
Muchas gracias, Saúl. Que así sea! Saludos cordiales!
Qué artículo más lindo y más poético! Hasta que se me hace la boca agua! Felicitaciones y que recojan una buena cosecha!
Muchas gracias, María Elena. Ahora la boca se hace agua, pero espera y verá… Será un buena cosecha. Saludos cordiales!