May 04, 2017

Reflexiones junto a una viña helada

“Hay que buscar soluciones, no podemos seguir esperando de brazos cruzados el próximo desastre”.

Viña helada en Rioja Alavesa

En un altillo junto a una viña helada, en el corazón de Rioja Alavesa,  veo o intuyo un espacio de unos 50 kilómetros cuadrados (extensión muy parecida al espacio urbano de Gasteiz o Donosti), un espacio que incluye la superficie agraria entre las faldas de la Sierra y el río Ebro, desde los límites de Ábalos por la derecha hasta Páganos por la izquierda.

*Miguel Larreina González

Medito sobre las consecuencias del desastre ocurrido la madrugada del 28 de abril e invito a los lectores a que pensemos en la media docena de pequeños pueblos incluidos en ese espacio, en las 800 familias anónimas que allí viven, en su mayoría viticultores-cosecheros, además de una docena de grandes y medianas bodegas de crianza. En conjunto cultivan en este concreto espacio unas 3.500 hectáreas de viña valoradas en unos 250 millones de euros, con una producción anual de uva valorada en 25 millones de euros/año y mucho más si hablamos de vino o si hablamos de ilusiones y proyectos de futuro.

Viña helada en Rioja Alavesa

EL VIÑEDO tenía que estar todo él verde… sino fuera por la helada del viernes 28 de abril.

Consideremos ahora un hecho natural, inusual pero probable: en uno cualquiera de los ventosos días de mediados de primavera, un viento gélido del norte llega hasta la Europa del sur y nos arrasa el viñedo recién brotado. En unas horas, tal y como venía pronosticando Euskalmet o Aemet con muchos días de antelación, una helada corta y suave (nada de -10ºC, tan solo -2ºC) llega a esta zona que estamos analizando (también  a otras) y se lleva buena parte de los ingresos e ilusiones de casi todas esas 800 familias, y digo “casi todas” porque siempre hay algunos que ganarán mucho  con la revalorización del vino almacenado.

Viña helada en Rioja Alavesa

BASTA esta cepa de Rioja Alavesa (fotografiada ayer) para ver, para sentir, el daño causado.

Pensemos que esta helada ya se ha visto anteriormente, por ejemplo en el año 1999 a gran escala y en otros años de este siglo a escala más local; si añadimos al “hielo” otras catástrofes meteorológicas como el “pedrisco” vemos que en la zona analizada tenemos recuerdos calamitosos recientes.

Así que, a tenor de lo ocurrido en los últimos tiempos, nos podemos preguntar: ¿Cuál es la probabilidad de que muchos viticultores de esta zona vuelvan a tener próximamente otro año sin ingresos? ¿5-10-15%? Imagino qué diríamos los 800 funcionarios forales de Álava si nos dijeran que tenemos esa probabilidad de no cobrar nada en un año.

Viña helada en Rioja Alavesa

CEPA con las primeras hojas mustias por la helada del último viernes de abril de 2017.

Pensemos también que el hecho de un desastre pasado no reduce las posibilidades de un próximo desastre. Es decir, que lo mismo que el pedrisco del 2012 no impidió el del 2013 o el del 2015 ni la helada de 2017, esta helada no impide otro futuro acontecimiento similar. ¿Cuántos “annus horribilis” puede aguantar el viticultor más estoico?

Es obvio que hay que buscar soluciones, no podemos seguir esperando de brazos cruzados el próximo desastre con un fatalismo de “no se puede hacer nada” o a lo más plantear una y otra vez soluciones que se han demostrado ineficaces (exenciones fiscales o créditos avalados).

Viña helada en Rioja Alavesa

CAMPO DE VIÑAS fotografiado el día de la helada, la semana pasada.

Y para encontrar esas soluciones hemos de empezar reconociendo que el viñedo de Rioja Alavesa está en un entorno climáticamente “privilegiado” si lo comparamos con famosos viñedos en los que las heladas primaverales son una amenaza constante: Borgoña, Alsacia, Valle del Loira, Burdeos, Ribera de Duero, Mancha… y parte de Rioja Alta. Miremos qué soluciones manejan ellos y apliquémonos el cuento:

A.- Buenos sistemas de detección y red de avisos. No puede ser que algunos aquí se enteren de lo ocurrido por la prensa cuando las previsiones “meteo” nos venían avisando de las heladas del 28 y 29 abril con diez días de antelación y una simple mirada que se fijara en algo más que el bello paisaje ya nos ponía en alerta máxima.

Viña helada en Rioja Alavesa

HELICÓPTEROS anti heladas.

B.- Métodos efectivos anti-helada: hemos visto en estos días en viñas de Ribera del Duero o Saint Emilion cómo empleaban helicópteros para mover las bolsas de aire frío, hemos visto cómo media Borgoña se alumbraba con miles de hogueras, hemos visto grandes ventiladores en Valladolid, hemos visto regar con aspersores grandes superficies de Rioja Alta. Son métodos “anti-helada” caros pero no olvidemos que la concentración de nuestro viñedo en tan pequeña zona, así como la disponibilidad de agua para riego, nos facilitaría mucho ciertas estrategias.

C.- Métodos agronómicos para retrasar la brotación, como la poda tardía o el cambio varietal en los “heladíos” tradicionales. Debemos poner todas las posibilidades encima de la mesa e igual debemos volver a recuperar parcialmente el Graciano y Mazuelo de nuestros abuelos.

Viña helada en Rioja Alavesa

EN BORGOÑA encienden miles de Quemadores en la viña para proteger la vid (Aurélien Ibanez).

D.- Métodos compensatorios. Las grandes y medianas bodegas han ideado un sistema que les hace parcialmente inmunes a esporádicas catástrofes naturales: tienen almacenado bajo tierra el equivalente a 3-4 cosechas y allí las heladas no traen la miseria, sino incluso lo contrario. Sin embargo, nuestros viticultores y cosecheros viven al día, de cada cosecha, por lo que igual nos debemos replantear estrategias que les permitan disponer de un stock de regulación con los excedentes de gran calidad, como los millones de kilos desperdiciados el año pasado. Ante las consecuencias de esta helada insisto en que la autogestión de nuestro potencial productivo es una necesidad más imperiosa si cabe y hay modelos exitosos a copiar.

Viña helada en Rioja Alavesa

RIEGO de viña contra las heladas.

E.- Métodos económicos paliativos que supongan una aportación pecuniaria a los afectados por el desastre, como el Seguro del viñedo, la creación de un Fondo de Compensación como se hizo en su día con la patata de Álava o la constitución de Cajas de Solidaridad como están haciendo en Francia ciertas localidades cuyo viñedo está muriendo por la flavescencia dorada.

Hablaremos otro día de estas propuestas, pero es obvio que no se puede seguir en la zona más afectada de Rioja Alavesa por la helada o los pedriscos con un nivel de aseguramiento entre los agricultores tan bajo, cuando el conjunto de los viñedos de Bodegas SA o SL de esa misma zona es muy superior. No nos hagamos trampas en el solitario. No vale decir que el seguro de viñedo es una solución muy cara para los viticultores alaveses, tal y como está diseñado (nivel de subvenciones, tratamiento fiscal…).

Ciertamente el coste del seguro se llevaría cada año del orden del 7-10% de los beneficios de un agricultor mientras que la incidencia en una bodega SA es del orden del 0,1-0,5% de sus beneficios. Hay que proponerse de forma inmediata cuadruplicar  el nivel de aseguramiento de los agricultores y un buen impulso supondría elevar la partida de las subvenciones al seguro en Álava desde los actuales 0,1 hasta  los 0,4 millones de euros/años.

Viña helada en Rioja Alavesa

CALENTADORES anti heladas utilizados en Francia.

Pero quisiera dejar claro que lo que hizo esta “minihelada” de la madrugada de San Prudencio fue algo más que destrozar las economías de unos cientos de familias alavesas y que no se puede despachar la cuestión discutiendo sobre seguro si o seguro no, o sobre si la subvención es baja o alta, no.

Debemos pensar todos que esa mañana cientos de proyectos personales y colectivos se tambalearon, los sueños de futuro de muchos jóvenes se congelaron, la trayectoria exitosa de alguno se paró en seco, la depresión parecía llenar las plazas y las cuevas. La mayoría saldrá pronto de su estado de shock porque son gente fuerte y valiente pero debemos ponernos en su piel para solidarizarnos en su dolor y para ayudarles de algún modo a crear en Rioja Alavesa estructuras y estrategias que la hagan parcialmente inmune a catástrofes naturales.

 

*Doctor en Ciencias Químicas.

12 respuestas a “Reflexiones junto a una viña helada”

  1. DALMACIO dice:

    Buen artículo, Miguel. Una vez más das en el clavo del problema.
    Este país funciona sólo y gracias a los técnicos.

    Vayamos al asunto; quiero empezar donde tú terminas el artículo.
    En mostrar una vez más mi solidaridad con los viticultores, con los cosecheros, con los agricultores.

    Un día, se me ocurrió decir que el diputado de agricultura acudía a las viñas, como el enterrador que va a dar el pésame a la familia.

    Sigo pensando que mejor que dar el pésame es evitar en lo posible que no se muera. Y viene a cuento que cuando indicas medidas para evitar en lo posible estas catástrofes y hablas de «quemadores».
    Yo recuerdo como en los años 80, la Diputación Foral de Alava, entregaba a ciertos agricultores unos quemadores y un transistor.
    A ciertas horas, la locutora anunciaba por las ondas «hoy existe riesgo de tormenta con granizo» y el agricultor acudía al campo y encendía el quemador.
    Por tanto, lo que tú expones o lo que se hace en otras zonas, territorios…….aquí ya estaba inventado.

    Otro asunto, son los seguros y las contradicciones tan grandes sobre el porcentaje de aseguramiento.
    En cualquiera de los 15 pueblos de RIOJA ALAVESA, el aseguramiento del viticultor o cosechero es muy bajo… sube el tanto por ciento cuando se suma las bodegas (grandes bodegas).
    ¿No hay cultura de aseguramiento?.
    No.
    Pero también como indicas, al posible beneficio anual, hay que restar el importe del seguro.

    Un ejemplo para una familia urbanita.
    Ganas 700€/mes.
    Pagas hipoteca, agua, luz, IBI, comunidad, comes y te vistes.
    Esa familia, alguien cree que puede tener un seguro de vivienda de 200€/año?

    Pues eso.
    Salvemos a RIOJA ALAVESA.
    SALVEMOS A NUESTROS VITICULTORES que nos dan unos buenos ingresos en la Hacienda vasca y Española.

    Es más sencillo dar soluciones que el pésame.

  2. Kepa Urdangarin dice:

    El título del artículo es una buena metáfora. A veces, no queda otra que situarse junto al desastre para reflexionar serenamente y con profundidad. Mi solidaridad y afecto para las gentes de Rioja Alavesa. Ellas y ellos que tanto nos hacen soñar y disfrutar con sus vinos y sus aceites y sus paisajes… Ellos nos mantienen tantas veces lejos del hielo.

  3. Rabu dice:

    A ver si este año se bajan un poco los impuestos

  4. Fernando M.Bujanda dice:

    Una vez más Miguel nos invita y nos hace reflexionar. Comparto el artículo.

    Ahora bien, yo intentaré hablar de lo que algo sé, de los seguros agrarios.

    Siempre hemos dicho que son caros, es verdad, y en nuestro empeño de que la administración mejorara los seguros hicimos, en su día, varios estudios, tanto lineales como comparativos, desde la óptica de un viticultor de Álava, La Rioja o Navarra, en el ámbito de la D.O.

    Hasta que nuestros viticultores no contemplen la explotación agraria como una empresa y el seguro como un coste en su economía, difícilmente subirá el % de la contratación.

    Después de un estudio de la climatología de la zona, ¿qué es más rentable: asegurar o no asegurar?

    Hagamos cuentas y obremos en consecuencia.

  5. Gracias por vuestras aportaciones. Comparto buena parte de vuestras seguridades y de vuestros interrogantes que reafirman en mi creencia de que hay que meditar mucho sobre el futuro de Rioja Alavesa. Hay muchos temas, como por ejemplo cómo el cambio climático está propiciando un adelantamiento fenologico en abril que duplica el riesgo de heladas. Las Juntas Generales deberían abordar un estudio en profundidad de lo que esta pasando en la Comarca.

  6. J.MateoArgómaniz dice:

    Es buen momento para la reflexión. Ahora bien, en mi opinión, no hay necesidad de hacer evocaciones líricas ni dejarse llevar por el tremendismo ni la demagogia.
    La fuerte helada acontecida es un accidente climático. Los efectos sobre el viñedo pueden modularse con la aplicación de diferentes técnicas con un coste que determina la conveniencia y oportunidad de su ejecución. Entre estas técnicas destaca el aseguramiento (agrario).
    Ante un accidente climatológico poco más, en mi opinión, puede hacerse.
    Sí que creo pueden hacerse acciones estratégicas en la organización de las estructuras productivas y comparto el comentario, pues lo sufrí (casi) en primera persona,de FRANCISCO MTNZ DE CAÑAS en el anterior artículo de este blog. Más aún, si las decisiones de determinados gestores provocaron tener que tirar 15Mkg de uva en Rioja Alavesa en 2016, creo que algunos sí que deben utilizar este momento para reflexionar.
    Por lo demás, respecto a la helada, pues… a seguir trabajando. No queda otra y nunca alguien pensó que esto de producir uvas (para vino, además) era fácil.

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