El fotógrafo Pablo Cañas salió el 20 de abril de 2017 buscando una luz de atardecer. Pensó en la orilla del río donde la vid convive con la huerta, donde los humanos se afanan en sus trabajos de viticultura, donde los pajarillos hacen coros con el murmullo del agua. Más no encontró la luz soñada.
«Quizás buscaba recuerdos de infancia -dice-, nítidos en nuestras cabezas, pero tan imposibles de fotografiar».
Conociendo su creatividad y su fuerza plástica, el editor del Blog le había pedido unas fotografías del renacimiento en la viña.
Ese mismo jueves de la semana pasada, Pablo continuó por tierras más altas buscando el ocaso. La magia de los últimos rayos de sol sobre el cielo…. pero el cielo del atardecer era totalmente azul, plano, provocando una luz dura, sin matices, que ayudaba muy poco a pintar el Paisaje. A cambio, millones de lamparillas se encendieron en los brazos de las cepas tratando de iluminar su despedida.
«¡Allí encontré las primeras fotos!»
Este tipo de fotografías no son lo suyo, no es lo que él pretende con sus cámaras. Y cuando algo no brota de adentro, siempre supone un esfuerzo añadido, una mayor dedicación por el nivel de exigencia.
Tuvo que esperar cuatro días para que las primeras nubes aparecieran y el 24 de abril de 2017 salió con la misma intención y por los mismos lugares que el primer día. Las nubes jugaban con el sol dibujando formas, provocando tonos y matices antes imposibles. Todo tan igual y todo tan diferente!
Estimado amigo Pablo Cañas, hemos de decirte que el ojo de tu cámara y tu sensibilidad ha llevado a nuestros ojos a hacerse más grandes, a mover la cabeza ante tanta belleza. Qué decir de nuestras manos, que casi tocan ese hermoso cielo. O de nuestro rostro, que siente el aire suave de abril.
No me olvido de nuestro corazón, que palpita acompasadamente con esas hojas y esos racimos tan soñadores como la madre tierra que les alimenta. Como sus moradores, Pablo, como su gente, que de repente podrían encontrar entre los pliegues de tus fotografías aquel recuerdo inapresable de la infancia, tan fugaz, quizá imposible de fotografiar, y sin embargo tan sencillo como una respiración. Un suspiro.
Gracias, Pablo Cañas. Esker mila!!
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En estas fotos las uvas parean, de dos en dos, con los hombros abajo hasta que el racimo de la vuelta.
Pura desazón.
No sé si llegaremos a ser Patrimonio de la Humanidad, pero sí somos humanos con un alto riesgo patrimonial.
Hermoso, Victoria. Gracias.
Bellas fotos de Pablo. Estas imágenes de viña de finales de abril y principios de mayo son las que más me gustan, en las que cada cepa es un arbolito singular, es un ser vivo diferenciado con sus potencialidades y sus necesidades. En junio toda la comarca será ya una gran mancha verde, con los 40 millones de cepas confundidas.
Fotos de abril, del 20 y el 24. La Comarca al día. Que todo siga su curso, hasta llegar a esa «gran mancha verde». Gracias, Miguel.
Preciosas fotos.
Bonita descripción.
Gracias, Paqui. Saludos!
Gran maridaje entre fotos y texto. Qué bien casan. Qué bien entran.
Zorionak!
Eskerrik asko, Kepa Urdagarin. Saludos!
Un lujo para Elciego contar con un artista con tu sensibilidad.
Gracias, Piti Alfaro. Saludos!
¡¡¡Muuuuchas gracias!!!. Muchas gracias por la publicación, muchas gracias por esas palabras de elogio, y por supuesto, muchas gracias por los comentarios.
Alegres por tu magnífico trabajo, Pablo. Saludos!
Una maravilla
Gracias, Iñaki. Saludos!