Ago 29, 2017

Recuerdos de la filoxera (I)

En 1900, el año de la filoxera, el padre de Engracia tenía 10 años… Él recordaba que hubo en la Comarca una «estampida de emigrantes» que se marcharon para América.

Filoxera

ENGRACIA López Gil Ocio lleva casi un siglo de vida latiendo en Elvillar.

“Defendimos esta tierra al plantar las viñas sobre una buena raíz” // Cien nombres en la memoria de Engracia López Gil, 93 años latiendo en Elvillar.

En Senegal cantan a sus mayores diciendo: “Anciano que muere, biblioteca que arde”. Nuestros mayores son, en Dakar y en Euskadi, un pozo de sabiduría, depositarios del saber, testigos de una época, custodios de un modo de cantar la vida. Vibrantes guitarras, enciclopedias de experiencia.

Engracia López Gil Ocio lleva casi un siglo de vida latiendo. Noventa y tres años de intacta memoria. Un libro de recuerdos íntegros a pesar del tiempo. Hace poco más de un año su salud era impecable, incluidas sus rodillas, hasta que en mayo de 2016, con 92 años, le falló una pierna… como nos contará.

La suya es también una memoria de melodías, como cuando rescata del baúl sonoro aquella canción en euskera que aprendió a los 10 años, en Elvillar de 1934, poco antes de que la maestra de Eibar tuviera que dejar de enseñar en Elvillar tras el golpe de Estado contra la República.

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UNA GOLONDRINA en el cielo de Elvillar… del que hoy lloverán muchos nombres.

Voy a respetar su manera de nombrar las cosas, el modo íntegro en que contesta a las preguntas. El contexto en el que se produce el diálogo. Engracia hablará de cómo era Elvillar de su infancia, de las canciones que sonaban, de las costumbres del pueblo, de aquellos juegos de entonces, de los animales domésticos, de cómo hablaba el agua…

… De la filoxera, tal y como a ella se la contaron. De la Guerra Civil atropellando su infancia. De la única canción en euskera que les enseñó la maestra guipuzcoana, Pakita Amendibar…

La Engracia se apoyará en su vecina la Milagros, veinte años más joven que ella, para traer el pasado remoto hasta nuestros días.

Engracia está guapa, con un aspecto más juvenil que el que acreditan sus 93 primaveras. Su hijo José Antonio, su nuera y su vecina, entre otros, ya sabían que el periodista del Blog vendría a entrevistarla. No iba a ser la primera entrevista que le hacían. Ni la última. Al fin y al cabo, a sus 93 años se ha convertido en la historia viva de Elvillar y de Rioja Alavesa.

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LA MILAGROS Y LA ENGRACIA con un candil de entonces en su mano.

.- Engracia, ¿Con cuántas ganas de vivir se encuentra a sus 93 años?

Le doy gracias a Dios todos los días por lo bien que estoy. Hasta el año pasado he estado estupendamente hasta que un día al ir a la plaza me falló una pierna. Ha hecho un año en mayo. Así que ahora las piernas no me siguen, pero en lo que cabe: no me duele nada, duermo bien y como bien.

.- ¿En qué piensa a lo largo del día?

En hacer punto, en hacer ganchillo, en leer… Porque todos mis hijos están bien, todos trabajan; mucho no tenemos, pero me defiendo bien.

.- Esos trabajos en ganchillo ¿para quién son?

Para el que toque. Alguna que esté embarazada.. voy y se lo regalo.

.- ¿Tiene intactos los grandes recuerdos de su vida?

Yo he ayudado lo que he podido. De joven era de la Cofradía de las Hijas de María, que fui un tiempo la tesorera; como tal tenía que ir todas las tardes al rosario a recoger el dinero. De mayor hice trece años teatro, que en Elvillar teníamos una profesora que nos enseñaba. Hacíamos teatro, íbamos por los pueblos, también ayudé al cartero haciendo los trámites para el Centro de los Jubilados, del que fui la presidenta. Nada, que he hecho lo que he podido por el bien de los demás. Y eso también: quiero mucho a mis cuatro hijos, seis nietos y dos biznietas.

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MUJERES de todas las edades en la familia de Engracia celebrando con ella su vida.

.- ¿Lo ha tenido difícil o más bien fácil a lo largo de su vida?

Lo he tenido más bien fácil, porque lo he llevado con paciencia, resignación y valentía. Pero escuche: … cuando yo nací se murió mi madre, Engracia Ocio.

.- Engracia, eso es empezar la vida cuesta arriba…

Me crio una abuela, la madre de mi padre, Isabel Díaz de Cerio, que era de Moreda. Me crie con mi abuela… y bien. Después la cuidé yo hasta su muerte. En su día me casé, tuve cuatro hijos, dos varones y dos hembras. Esa ha sido mi vida resumida.

.- ¿Cómo fue su infancia en Elvillar, en los años Veinte?

Mi abuela me crió en esta gran casa. Aquí en Elvillar fui a las escuelas, que entonces había una de chicos y otra de chicas. Éramos veintitantas chicas y otros veintitantos chicos. Algunas veces nos juntábamos a hacer cálculo mental y bueno… yo no era de las más torpes.

.- ¿Hasta qué edad estudió?

Hasta los 14 años.

.- ¿Le hubiera gustado seguir estudiando?

No podía hacerlo porque vivía con mi padre y mi hermano. Tenía que hacer las cosas de mi casa. Me acostumbré a vivir con la casa y he vivido bien.

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PALACIO DEL INDIANO ha albergado en Elvillar a varias generaciones de su familia.

.- ¿Cómo era Elvillar entonces?

En aquella época los jóvenes se juntaban mucho y jugaban por las calles a “La una brinca la mula”: se montaban uno encima de otro y corrían así el pueblo cantando. Los mozos cantaban de otra manera los sábados a las puertas de las casas donde vivían las chicas. ¡Qué bien cantaban! También se celebraba Santa Agueda con gran ilusión.

.- ¿Cantaban en euskera o en castellano?

En castellano. Aquí el euskera, más bien poco.

.- “Aintzaldun daigun Agate Deuna…” (me pongo yo a cantar en euskera)

En euskera sabíamos sólo una canción. La de “Aldapeko sagarren adarraren puntan…” (comienza a cantarla) porque hubo una maestra gipuzkoana que nos la enseñó.

.- Esa canción es preciosa… “Xiruliruli, xiru-liruli / nork dantzatuko ote du / soinutxo hori” (canto yo). Es preciosa!!

Me acuerdo muy bien de esa canción (y la cantamos los dos).

.- Es un pajarillo que está cantando en la última punta de la rama de un árbol.

Siiii. El árbol es un manzano.

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LO QUE HABRÁ escuchado la plaza de Elvillar, junto a la Iglesia, en estos 93 años!

.- Tengo un amiga que fue una “Niña de la Guerra”, Esther Arocena Torrecilla, de Bilbao, que pidió al hijo de una sobrina que le cantara esa canción del pajarito de la alta rama. Como última voluntad pidió esa hermosa canción. Estaba ingresada en el hospital de Basurto. Después de escucharla se quedó dormida para siempre con 91 años de edad.

Si le gustaba esa música, está bien morir escuchando una canción. Por mi parte, yo no les pido nada a mis hijos, salvo que me sigan tratando tan bien como me tratan.

.- Me gustaría que se trasladara a la infancia. A sus 7, 8, a sus 9 años. ¿Se acuerda con qué soñaba entonces?

Soñaba que me iban a comprar unos zapatos para las fiestas. Mi ilusión era la de los niños: juntarme con las amigas, jugar y charlar un rato.

.- ¿Quiénes eran sus grandes amigas de entonces?

Uyyyy. Yo era amiga de todas.

.- Siempre hay amigas más íntimas, Engracia. Bien lo sabemos.

Sí, es verdad que siempre hay mejores amigas. Yo era muy amiga de la Trini Pérez y de la Felisa Baños. Éramos tres grandes amigas. Y había otra, la Lucía Alonso.

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RELOJ DE LAGUARDIA, pueblo de una parte de su familia, marcando las horas.

.- ¿Cómo eran? ¿cómo eráis?

Eran como yo. Alegres. Llegaba el domingo y salíamos por la tarde a disfrutarla mucho. Entonces no se salía el sábado, sólo el domingo por la tarde.

.- Antes me ha dicho que no pensó en seguir estudiando, pero su nuera me ha contado viniendo hacia su casa que a usted le hubiera gustado ser Maestra.

El médico le dijo a mi padre que yo valía para maestra, y que podía estudiar… pero claro, cómo iba yo a dejar a mi padre, José Gabriel López Gil, que vivió hasta los 86 años y siempre lo cuidé.

.- Era un hombre de Elvillar, supongo.

Sí. Nació aquí en la casa. Mi padre era muy entrañable. Y luego venía de buenas familias. Tenía tres apellidos compuestos: López Gil, Díaz de Cerio y García Escudero.

Suena el timbre, y Engracia dice, alzando la voz, “¡si es la Milagros, que pase!”… García Escudero es el Conde de Badarán, que era el padre de mi bisabuela. Teníamos muchos conocidos de “gente bien”.

.- ¿En qué trabajaba su aita José Gabriel?

Era labrador, propietario de fincas, iba al campo, tenía obreros. Esta gran casa era toda de él. Nosotros éramos dos hermanos, y la casa se partió para los dos hermanos, para mi hermano y para mí.

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AQUELLA CEPAS de entones que lo dieron todo por la Comarca, estas viñas de hoy…

.- ¿Le ha tocado a usted trabajar en el campo con las viñas?

No es que iba mucho, pero cuando me casé fui más.

.- ¿Se casó usted con un agricultor?

Con uno del campo de aquí. Teníamos una bodega familiar que producía 800 cántaras (cada cántara, 16 litros… unos 12.800 litros). Hacíamos vino y lo vendíamos a granel a los vinateros que venían a comprar toda la cosecha. Y una parte de ese vino lo bebíamos nosotros el resto del año.

“Es la Milagros!”, me dice al abrirse la puerta y entrar en la cocina donde nos encontramos.

.- Hombre Milagros (la reconozco), supongo que te acuerdas de mí cuando entrevisté a tu hijo Eduardo Dañobeitia, el presidente de la Cooperativa de Elvillar.

“Me acuerdo perfectamente. Me he imaginado que serías tú. Me ha llamado la Engracia y aquí estoy para acompañaros”

“Siéntate, Milagros”, le pide Engracia.

Se marcha Mariví, una de las nueras de Engracia, que nos ha estado acompañando en silencio.

.- ¿En el campo sólo teníais viñas?

También sembrábamos trigo, avena, cebada…

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EL PINTOR burgalés Vela Zanetti muestra el trabajo colectivo de aquellas vendimias.

.- En los recuerdos de su familia, ¿llegaron a contarle, su padre o su abuela, cómo se vivió en Elvillar la tragedia de la filoxera?

Pues sí. Me contaron que el año en el que nació el siglo XX se secaron todas las viñas en Rioja Alavesa. Hablamos del año 1900. Me lo contaban mi padre y la gente del pueblo. Vino la “filoxera” porque aquellas viñas estaban plantadas con un sarmiento de escasa raíz, por lo que las viñas no tenían fuerza y se secaron todas con la filoxera.

.- ¿Cuál fue la consecuencia de aquel desastre?

Que la gente tuvo que emigrar a un sitio y a otro. Alguien les dijo a los de Rioja Alavesa que las viñas tenían que ser plantadas sobre una buena raíz, ya injertadas, y así defendimos esta tierra. No es como antes, que decíamos que criar una viña era como criar un hijo.

“Antes, hasta los cinco años no se empezaba a recoger uva en las viñas, lo que ahora se adelanta a los dos años de plantarla”, añade Milagros.

.- ¿Cómo recordaban sus mayores lo que sucedió en el año 1900?

Fue una gran desgracia! Mucha gente de Elvillar emigró a América, a Buenos Aires.

Un hermano de mi suegro –nos cuenta Milagros- se marchó a América. En la familia no sabíamos dónde estaban. Hasta que hace quince años vino a Elvillar uno que se apellidaba Dañobeitia, como mi marido, y resulta que era hijo del hermano de mi suegro. Nadie supo durante mucho tiempo dónde estaba aquella familia. Vino dos años. La primera vez vino con una señora, y la segunda vez con otra. Una gente majísima.

De aquí se fueron los de “Falsín”, y los de Sixto, y también Pedro González –retoma Engracia-, y mucha más gente, los hermanos de la Ascensión… los cuatro hermanos de mi tía Nicolasa -añade Milagros-, todos a América. Cesario también fue a América y la señora Agueda, todos a Argentina. Algunos volvieron unos años después.

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ENGRACIA a la puerta de su casa .

.- Esta casa en la que estamos se llama “Palacio del Indiano”. ¿Quién la construyó?

Mis bisabuelos, que eran unas familias de Laguardia muy pudientes, que tenían muchas tierras aquí en Elvillar. La casa se conserva, pero tantas tierras no. Ha habido unas cuantas generaciones. Una casose con una de Lanciego, otra con la del Conde de Badarán, en otra generación se casó mi madre Engracia Ocio con mi padre…

“Su madre no era de aquí –tercia Milagros-. Su madre era de Santa Cruz del Fierro, un pueblecito al lado de Zambrana, en Álava”.

Así se repartieron las herencias. Nosotros tenemos la casa. Mi padre era hijo solo, luego mi hermano y yo.

.- ¿Por qué el nombre, por qué “Palacio del Indiano”?

No le puedo decir más que un hijo de los de esta casa se marchó después a la India… en “Michaigán” (?), no sé cómo es el nombre, y de allá les escribía, pero no fue aquel quien trajo el dinero. Esta casa se hizo a base de que un familiar fue un General. Tenían muchos poderes aquí en Rioja.

La cosa fue que los de Logroño se querían apoderar de las viñas de toda esta zona. Entonces estos familiares armaron a unos militares con sus corazas de hierro y les hicimos frente a los de Logroño… así salvaron las viñas cercanas al Ebro; o sea, que ellos consiguieron que esas viñas fueran siempre de Rioja Alavesa: todo eso de Assa y por ahí. Aquel General ganó la batalla. Me lo contó mi padre… que con la política no le fueron bien las cosas, por eso no quería contarme mucho.

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PADRE Y ABUELA, en una fotografía que atestigua el paso del tiempo…

.- Lo más doloroso que le pasó a su padre fue, sin duda, la muerte de su esposa cuando usted nació. Quedarse uno viudo cuando se espera con suma alegría la llegada de la segunda hija…

Esa sí que fue una desgracia: que él se quedó viudo y yo sin madre. Luego hemos vivido trabajando honradamente y como todos; porque aunque tenemos el Palacio, hemos sido igual que todos en Elvillar.

.- Usted no se siente más importante por haber vivido en la casa más grande.

No, no. Hemos vivido como todos los demás. Aquí está Milagros (que asiente). Mi madre también era de buena familia. Todos los que se casaban así, se casaban con familias pudientes.

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LA UVA que canta, entonces y ahora, en todas las ramas de Rioja Alavesa.

.- ¿Ella se casó por amor, o por intereses?

Se casó por amor, por amor, pero tuvo la mala suerte que en poco tiempo tuvo dos hijos, y en el segundo parto, el mío, se murió siendo todavía muy joven, sin haber llegado a los 30.

.- Cuántas veces habrá ido usted Engracia a por agua a la fuente de los cuatro caños de Elvillar, situada en la plaza de Santa María! (cambio de tema al ver un rastro de tristeza en los ojos de la Engracia)

Hombre! Y cuando teníamos novio, decías por la noche que salías a por agua y lo que hacías era quedarte un rato con el novio en la calle.

Milagros recuerda que había que ir al medio día a por el barril de agua fresca para comer, y a la noche había que volver a llenar el barril de agua fresca para cenar.

.- No tanto como el vino, pero el agua sería buena ¿o no?

Hombre! Del manantial de Launeba (que sigue funcionando), que viene de la Sierra, a pie de la Sierra, donde está la fuente que mana. También teníamos arriba, en otra plaza, otra fuente con un caño tremendo. ¡Qué fuente y qué agua más buena y más fresca! (dicen las dos esta última frase al unísono)

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UNA ESTAMPA de siempre, muy cercana a Elvillar.

.- ¿Había electricidad en la casa de su infancia?

Sí. Pero hemos conocido candiles y farolillos.

.- Y aquellos bailes (busco la alegría de los recuerdos)

Ah, cuando venían los chicos a “pedirnos favor”, que es como decíamos cuando venían a pedirnos baile a las chicas. Por las fiestas venía la música de Oyón: Ocho músicos que tocaban muy bien… La Banda de Oyón era muy buena. Las fiestas duraban tres días, por San Roque y la Virgen de agosto. Hacemos San Roque, la Virgen y San Roque Chiguito. Y ahora, desde hace 40 años, la víspera, el 14, a las 23:30h. de la noche se hace la subida de la bruja y el Akelarre.

.- ¿Cuándo hizo su primera vendimia?

Desde muy joven ya íbamos a cortar uva, a los 14 años. Recuerdo que madrugábamos, que tenían que venir con los ganados para cargar la uva… Algunos sólo tenían un burro para esa tarea. Otros como nosotros, teníamos un carro con mulos. Traíamos las uvas en comportones. 

.- Esta mañana en Elvillar he visto en las calles muchos coches aparcados, y en la plaza a unos obreros trabajando, que está la plaza en obras, y gran movimiento de tractores arriba y abajo, con sus remolques, tanto movimiento he visto que he preguntado y me han dicho que están pasando la ITV, pero no he visto ni gallinas, ni cabras, ni ovejas, ni cerdos. ¿Cómo era Elvillar a sus siete años? Yo cierro los ojos, Engracia. Lléveme usted a Elvillar de su infancia

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LOS COMPORTONES en aquellas vendimias del siglo XX, en una imagen de Elciego.

Por las mañanas nos levantábamos y nos dirigíamos a ordeñar y llevar las cabras, primero al corral de la Josefina, y luego al corral de Ricardín, para más tarde un pastor del pueblo las llevaba a pastar. Todo el pueblo tenía sus cabras. Cerdos, gallinas y conejos había en todas las casas. Al año mataríamos un par de cerdos,  conservando los chorizos en aceite. En todas las casas había regadío, en todas había fruta, y no teníamos que comprar como ahora. Nosotros teníamos la huerta aquí en la casa, con toda clase de fruta: peras, cerezas, ciruelas de cuarenta clases, nogales, almendros… hasta que mis hijos tiraron todos los árboles… Teníamos pimientos, cebollas, tomates. ¡Lo que era aquello!

.- ¿Cantaba el agua a su paso por el pueblo?

Siii. De la fuente de arriba bajaba como un río pequeño que atravesaba todo el pueblo. Allí en la fuente estaba el lavadero, en la zona del pilón, y había un abrevadero para que bebieran los ganados. Y detrás de la plaza de Santa María, había otro bebedero de ganado, que ése bajaba de la fuente de la plaza.

.- Empiezo a verlo… ¿Cómo era el suelo del pueblo que pisabais?

Era tierra. Alrededor de las casas había unas piedras que pisábamos para no mancharnos de barro, pero por lo demás te ponías los zapatos de barro que pa´qué.

.- ¿Había carreteras con asfalto?

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EN LA MEMORIA de tant@s, estas carretas siguen recorriendo la Comarca.

A Logroño, que era de brea. Recuerdo que siendo joven llegó un coche al pueblo y salieron todos los chiquillos a verlo. Todos querían agarrarse a él. Entonces íbamos andando a todas partes. Luego vinieron las tartanas. Y más tarde el autobús del señor Angelón, que lo puso dos días a la semana, que era de Lanciego.

Pero recuerdo que íbamos andando a los pueblos, hasta Laguardia, por todas las traviesas (caminos), algo más de media hora de camino a pie. A Laguardia íbamos porque aquí no había farmacia. Teníamos, eso sí, dos curas, dos maestros y dos médicos… Aquí -destaca Milagros- ha llegado a haber más de 900 personas viviendo, cuando hoy estamos unos 370 vecinos.

.- Novecientos son muchos para Elvillar, ¿no?

Hombre!, ha sido más grande que Labastida, que Elciego, que Laguardia. Éramos más grandes que todos los pueblos de alrededor –es Milagros quien contesta-. La iglesia de la Asunción de Elvillar es la más grande de todos los pueblos de alrededor. En Laguardia tienen dos iglesias, pero no verás una iglesia como la de Elvillar: donde no hay ni una columna. El año pasado se nos quemó la capilla, la sacristía, que aún la están arreglando.

.- Engracia, ¿le has pedido muchas cosas a la Virgen de la Asunción?

Más que a la Virgen, yo le he rezado a San Antonio. Le he pedido siempre salud!

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EN EL PATIO de casa, donde vive un pajarillo que canta en la más alta rama.

.- Se ha portado muy bien contigo, no hay más que verte y escucharte.

Salud y Paz, y que vengan con bien los frutos del campo.

.- ¿Es una frase hecha, o hay en ella palabras de tu cosecha?

En mayo -toma la palabra Milagros-, cuando salimos en procesión por San Isidro salimos a bendecir los campos a las afueras del pueblo. Eso toda la vida. Antes salíamos hasta el Coscojal. Y se dice: “San Isidro, consérvanos los campos y danos unas buenas cosechas”.

.- ¿Nada se dice de la uva ni del vino?

Sí. Decimos que nos vengan con bien las cosechas del cereal y la vid. La vid aquí es la vida. El vino es la vida!

.- Hablando de la vida, Engracia, ¿A qué edad te enamoraste?

A los 28 años, un poco tarde…

 

(Continuará)

20 respuestas a “Recuerdos de la filoxera (I)”

  1. Miguel Larreina dice:

    ¡800 cántaras, vivían con tan escasa producción de vino! Gracias Julio por rescatar del olvido a estos personajes anónimos. Es una impagable lección de historia y etnografía escuchar los recuerdos de una mujer buena y sabia como es Engracia.

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias, Miguel, por tu atenta lectura. El Paisaje y las buenas gentes que lo habitan y le entregan su atmósfera, la cotidianidad, toda su alma. El Paisaje de Rioja Alavesa, donde el espíritu de las personas queda cristalizado

  2. Eneko dice:

    Qué bonita esa sabiduría de nuestros mayores, cuando mencionan esas realidades que se nos escapan y nos parecen antiquísimas y que pasaban antes de ayer (ir andando por los pueblos, el que tenía bicicleta era un lujo, cuando los coches eran otro lujo aún mayor)
    Son historia viva de la Comarca y parte indeleble del Patrimonio que tenemos en Rioja Alavesa.
    Ondo segi!

  3. Paqui dice:

    Qué maravilla, Engracia.
    De salud y memoria.
    Enhorabuena! Es una entrevista preciosa, toda una vida de recuerdos tan bien contados

  4. Resalto ese fondo de buena gente, de persona de bien, de sencillez y de sano juicio.

    Un tiempo marcado por el vivir en el que familia y economía de subsistencia se apoyan.

    Esto si es Patrimonio de la Humanidad…

  5. Ester dice:

    Felicidades señora Engracia. Hermoso su relato. A través de su historia conozco la de nuestras familias que en muchos aspectos son semejantes. Gracias por compartir su historia.

  6. Kepa Urdangarin dice:

    Y tanto que Viñedo de Palabras. Viñedo de una vida de fatigas, dolores, emociones, alegrías…

    Me sabe a poco. Sé que deberé esperar unos días, pero estoy deseando leer una nueva entrega de vuestra maravillosa conversación…

    El pajarito se quedará cantando en lo más alto de la rama. Cantará y esperará. Cantará

    Zorionak!!!!!!

  7. Francisco Mtz de Cañ dice:

    La entrevista muy interesante ( un gran acierto del Blog Rioja Alavesa ).- En cuanto a ti Engracia, muchas gracias por tu testimonio, sencillo, humano, lleno de cariño y vida.- Recuerdos de tus familiares de Villabuena.- Recibe un fuerte abrazo.- Saludos cordiales.-

  8. Vero dice:

    Muy bonito el reportaje. Me alegro mucho de haberte conocido y compartir este pueblo tan hermoso. Un saludo.
    Engracia

    • Blog Rioja Alavesa dice:

      Muchas gracias. Entiendo que detrás de Vero, puede encontrarse alguna de las nietas de Engracia, y la propia Engracia. Si es así, los agradecidos somos nosotros por su generosidad al compartir palabras del corazón, y dar testimonio de un sinfín de vivencias y sentimientos. No me olvido de las botellas de vino. Muchas gracias por ese maceración carbónica que nos regalaste, Engracia: he vuelto a brindar por todas las mujeres que con tanto afecto la rodean. Besos como golondrinas

  9. Paula dice:

    Me ha parecido muy conmovedora la forma en la que se recoge cómo se vivía antes a través del testimonio de dos grandes mujeres. Se plasman los valores de sencillez, alegría, esfuerzo, coraje, subsistencia, lucha y amistad. Gracias a personas como ellas se mantiene vivo el pasado. Ellas son la verdadera sabiduría. Gracias por haber hecho esta entrevista. Deseosa de la segunda parte

  10. Almudena dice:

    Eskerrik asko Engracia y compañía.
    Qué acierto del Blog!!!
    Cómo se ha trabajado en el siglo pasado para que esté el campo así hoy!!! CLARO que se debía poder vivir con 800 cantaras de vino!!! Con semejante despensa casera: fruta, verduras, animales… y sobre todo, menos necesidades superfluas creadas últimamente, aunque necesarias algunas de ellas para los cambios y avances

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