Buradón, la primigenia Labastida, fue un lugar místico donde se instalaron eremitas que levantaron la primera iglesia paleocristiana del País Vasco.
Labastida es otra joya riojano-alavesa mal conocida. Permítanme demostrárselo con dos “pinceladas” referidas a lo que hoy es municipio de Labastida y antaño tuvo otro nombre: Buradón.
Miguel Larreina González *
Hablaremos hoy de este lugar cuyo nombre sonó con fuerza en los siglos obscuros altomedievales para hablar mañana de su “afrancesada” heredera: Bastida.
Buradón fue el antiguo nombre de una comarca que se halla en la zona más occidental de Rioja Alavesa, un lugar estratégico en la historia del País Vasco. Estratégico porque está en la boca de un desfiladero que comunicaba la Llanada y la Ribera Alavesa con el Valle del Ebro, junto a unos vados de un Ebro todavía modesto que permitían acceder a la comarca de Bilibio en la otra orilla y, sobre todo, porque se ubicaba en las cálidas faldas del Monte Toloño.
Fue por eso Buradón un paso natural obligado de la Sierra tanto para los primeros pobladores celtas que vinieron de Europa huyendo del frío y aquí levantaron varios castros, como para las legiones romanas que ascendían el Ebro para luchar contra los cántabros, o para los pastores vascos que buscaban nuevos pastos en la Sierra de la Demanda y los Cameros.
Fue luego un castillo natural, un muro infranqueable que impidió a los árabes la dominación permanente de Llanada y Montaña alavesa. Posteriormente, en los albores del Medievo, será un lugar místico donde se instalarán eremitas que levantarán la primera iglesia paleocristiana del País Vasco, así como humildes cenobios excavados en roca.
Tras la expulsión definitiva de los moros del Alto Ebro, los reyes de Pamplona fortalecerán los castillos de Buradón, Bilibio y Toloño, favoreciendo la llegada en gran número de euskaldunes venidos del norte que dejarán su impronta en la toponimia local. Y finalmente el castro y el castillo de Buradón pierden su importancia geoestratégica y sus gentes se trasladan dos kilómetros al norte, al otro lado del monte junto a unas salinas mucho más rentables, encerrándose entre sus nuevas murallas. Veamos algunas anécdotas relativas a Buradón.
Sabemos que hace unos tres mil años, se produjo un enfriamiento climático acusado que impulsó hacia el sur a numerosas tribus que habitaban en el centro de Europa y que acabaron llegando a la Península Ibérica. Esta ladera sur de la sierra del Toloño les debió de resultar especialmente acogedora, como así lo atestiguan los abundantes poblados o castros de los que aún hoy en día queda constancia en el municipio de Labastida…
…como los de Castrijo, Izcarra, San Cristóbal, San Ginés, Buradón, descubierto éste hace tres décadas, al hacer el túnel de la carretera a Vitoria. Estas gentes permanecieron durante muchos siglos en la comarca, poniendo en cultivo suelos en los que se asentaban inmensos encinares, uno de los cuales tal vez fuera el “Sagrado Encinar de Buradón” que cantaba el escritor Marcial en el siglo I d.C.
Sea o no este Buradón al que alude Marcial, lo cierto es que Buradón era un gran encinar y el carácter “sagrado” del lugar está avalado por hechos incontestables, como el reciente hallazgo de una ermita paleocristiana de los siglos V-VI, la más antigua del País Vasco, o por la tradición de San Felices predicando en los vecinos riscos de Bilibio o por las necrópolis halladas en Buradón y alrededores con un conjunto de enterramientos de los siglos IX-X que da idea de la fuerza mística de un monte Toloño que evoca al dios “Tullonium” de los berones.
En los siglos X y XI Buradón aparece con fuerza en las crónicas y es una comarca importante hasta el punto que en el año 946 Fernando y Urraca firman como “Condes de Castilla y Buradón” o en el año 1040 aparece en la dote que el rey de Pamplona da a su esposa (“castros de Buradon, Bilibio, Marañon…”), evidenciando que en esa época el territorio de la Sonsierra se halla dividido en dos grandes “tenencias”, la occidental de Buradón y la oriental de Marañón.
Buradón ocuparía probablemente el actual territorio de Salinillas de Buradón, Labastida y el alfoz de San Vicente, además de la “villúla” de Briñas que será vendida por Buradón a Haro mucho más tarde, hacia el año 1325.
Otro dato curioso es que en esos siglos X-XI, la comarca de Buradón estaba bajo el dominio del Monasterio navarro de San Salvador de Leyre. Tal vez por eso, la mayoría de las gentes que estaban repoblando Buradón y alrededores en los siglos X y XI eran navarros y alaveses, como lo prueba la toponimia vasca con la que hoy se nombra a muchos parajes que fueron de Buradón (Bortuza, Arana, Zabala, Lucharana, Ortondo, Talaburri, Arracha, Zancobe, Artaigue, Ortara, Zarrabidi, Zaco, Zacona, Riarán, Assuri, Mendigorna, Aldaya, Gobera, Gabanzurre, Mondiate…).
Al propio Buradón le podemos adjudicar una etimología vasca desde “buru” que en toponimia significa “extremo, cabezo” y que participa en topónimos de próximas comarcas importantes como “Burunda”(Navarra) o “Bureba”(Burgos); en nuestro caso es posible que se origine desde “buruaran” con significado de “extremo del valle” o algo así. La vecina y famosa Bilibio también tiene una fácil y razonable génesis vasca desde Ibil-ibia, resaltando la importantísima función de vado (ibi) que tenía ese lugar.
Los incrédulos pueden leer la opinión de una autoridad en la materia, González de Viñaspre: “La toponimia menor actual de la zona conserva un notable número de nombres eusquéricos en sus términos, lo que evidenciaría la existencia de población vascófona hasta la Edad Moderna”.
El caso es que en el siglo XII Buradón perdió buena parte de sus funciones estratégicas de vado, defensa, etc., y los reyes fragmentaron sus dominios entre las villas de San Vicente, Labastida y Laguardia por lo que, a finales del XIII, deciden trasladar a su población a otra ubicación, dándole un nuevo nombre: Salinillas de Buradón. Pero esto ya es otra historia…
*miguel.larreina@gmail.com
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Cuánto aprendemos de lo que tan bien nos cuentas! Eskerrak!!
Muchas gracias, Lola. Miguel Larreina te lo agradecerá. Saludos cordiales!
Gracias por tan minuciosa e interesante recopilación de datos históricos.
Muchas gracias por tu comentario. Saludos!
Tullonium no era sólo el dios de los berones, como la toponimia nos dice. La antigua Dulantzi llevaba ese nombre, además tenemos Dulantz en Urbasa, Dulanto en Treviño, Durango en Bizkaia y otros. Por lo demás excelente escrito.
Muchas gracias por tus palabras, Fernando Sánchez. Saludos cordiales!
Gracias Miguel por este interesante trabajo de recopilación histórica, plasmado con palabras sencillas.- Saludos cordiales.-
Muchas gracias, Francisco. Saludos!
Es todo muy interesante. Qué curioso los eremitorios..
Gracias, Karmele. Salud!
En la segunda fotografía, ¿qué es esa construcción de piedra?
Es la Picota de Salinillas de Buradón, Karmele, junto al poblado de Buradón, justo al salir de Briñas… Un privilegio de villazgo que tienen muchos pueblos de Rioja Alavesa.
Recordad ese dicho de » te voy a poner en la picota» como queriendo decir » te voy a dejar en evidencia ante todos los demás, a modo de escarnio publico». En la picota se ponía públicamente a los justiciados, queriendo decir: en esta jurisdicción nuestra no nos andamos con bromas, así que los malhechores pasen de largo que tenemos picota o/y horca.
Saludos cordiales, Miguel.
Ah, qué bonito.Eskerrik asko
Bueno, quizá bonito no sea el calificativo más acertado por el significado que tenían las picotas en un tiempo pero bueno, espero que no se haya utilizado en el sentido de castigo sino en el de hacernos ver esa distinción de villa, no de aldea que tiene Buradón. La foto es preciosa
Muchas gracias, Karmele.
La iglesia paleocristiana, se puede visitar in-situ? Ha quedado algo de semejante tesoro o se lo llevaron las obras por delante? Donde se puede visitar o documentarse sobre todo lo que se encontró?
Muchas gracias, Alberto. Confío que pueda contestarte el autor del artículo. Saludos cordiales.
Los restos de la ermita y el poblado están vallados y no son fácilmente accesibles. Se pueden intuir en Google earth junto al túnel. Hace unos años vi una bonita maqueta de la ermita en una exposición del Museo Diocesano de Vitoria y hay varios artículos interesantes publicados por arqueólogos, por ejemplo Unzueta y Martínez ( Arkeon) o Belén Bengoetxea Rementeria (UPV/EHU).
Muchas gracias, Miguel. Saludos!
Muchas gracias Miguel. Una pena que lo que debiera ser una joya visitable, actualmente sea difícilmente accesible. Al menos queda el pobre consuelo de que ahí yacen aún los restos. Una última pregunta (voto a tu paciencia Miguel…): En los restos actuales de la ermita, que queda de lo encontrado inicialmente ¿Sigue todo en su lugar o hay partes recogidas en algún otro lugar para su estudio y conservación?
Gracias, Alberto. Saludos.
Primero decir, que el Toloño era limite de intersección de los pueblos: berones autrigones, caristios y vardulos; no exclusivamente berones; de hecho existe un Santuario Celtibero en el meandro de Tondonia, que se relaciona con los montes Bilibios y Toloño en el Solsticio de Invierno, con una Efigie humana de casi 4 metros, pila de sacrificios y cazoletas rituales; y que no es otro que el Santuario de Deobriga; por lo que el término de Labastida, Briñas y Haro es territorio Autrigon y no Beron que empezaría en el término de San Vicente; llegando a Zambrana estaríamos pisando territorio caristio, y su crucero nos remite a un milario publicitario desplazado que Prestamero encontró en Ircio sobre la obra romana de la carretera recta que salía se Zambrana hasta Estavillo; se puede comprobar desde esa iglesia y mapa de 1941, a partir de aquí encontramos la nomenclatura que nos recuerda Micaela Portilla de «camino de los romanos».
Muchas gracias, Jesús Ángel